No hacen falta poderes especiales de superwoman para mejorar, simplemente tienes que comprometerte a empezar a mejorar tus hábitos, sin prisas pero sin rendirte. Cambiar tus hábitos puede ser incluso divertido. De hecho, con el Método ¡Siéntete Radiante! estamos tratando de que disfrutes de este viaje.

No podemos cambiar nuestra constitución física: hay quien tiene una naturaleza más ágil, quien tiene más fuerza o quien es más resistente . Pero sí podemos incidir en nuestra condición global en función de cómo vivimos, de nuestra alimentación, nuestra respiración, el ejercicio físico que hacemos y la naturaleza de nuestros pensamientos.

Uno de los principales problemas para incorporar nuevos hábitos es querer cambiar varios a la vez. Algunas personas se entusiasman y quieren hacerlo todo de golpe, pero se frustran porque no consiguen resultados. Hay que ir paso a paso y seguir un método. Es como cuando quieres adelgazar o hacer ejercicio: si no adoptas un buen método empiezas a fallar y al final te desanimas y desistes.

Por mi experiencia, los cambios de hábitos no son algo que pueda tomarse a la ligera. Hace falta energía, intención y motivación, y eso es muy difícil si intentas cambiar varios hábitos a la vez. Te recomiendo enfáticamente que empieces con orden, apliques los consejos o ejercicios que te proporcionamos y luego, una vez que lo hayas incorporado, vayas al siguiente.

Sé que cuando una empieza un proyecto está excitada y motivada, con mucho entusiasmo. Pero te aconsejo que recojas toda esa excitación y la focalices en el primer hábito. Luego, cuando veas que lo has conseguido, te sentirás satisfecha y más motivada todavía.

Piensa que de vez en cuando flaquearás, incluso después de creer que ya has interiorizado el nuevo hábito. Así que lo importante es mantenerte pase lo que pase. Si caes, vuelve a levantarte, sacúdete el polvo y sigue adelante. Roma no se construyó en una noche. No puedes pasar de pronto a ser organizada y disciplinada en todo, con el desayuno, con las comidas fuera de casa, con el ejercicio, con el sueño, etc. Date tiempo para hacer los cambios.

Hay pequeños trucos que ayudan a mantener el foco en el objetivo del mes:

  • colgar post-its o notas en lugares estratégicos de la casa o el despacho
  • ponerte alarmas diarias en el móvil
  • enviarte correos electrónicos a ti misma para recordarte la práctica y automotivarte

Cualquier cosa que te sirva para mantenerte centrada es válida. Si te despistas o te desvías del objetivo, no te castigues, simplemente vuelve a intentarlo.

Cambiar de hábitos es una habilidad, y como todas las habilidades necesita práctica. Ésa es la clave: la práctica. En ocasiones te resultará difícil, lo sé, pero debes tomártelo como una carrera de fondo, pensando que lo que hagas durante este año de cambio sentará unas bases firmes para una vida saludable durante el resto de tu vida.

No lo olvides: si no te cuidas tú, nadie lo va a hacer por ti. Así que ¡adelante!