Comer fuera de casa suele ser agradable, porque socializamos, descubrimos lugares y platos, y ¡no hay que cocinar!

Sin embargo, a veces nos gustaría saber cómo hacerlo sin alterar demasiado nuestros buenos hábitos alimentarios. Porque no queremos dejar de salir y compartir, pero a veces es tan difícil comer fuera y luego sentirnos ligeras como cuando comemos en casa…

Para ello, esta guía os va a ser muy útil: 21 tips muy prácticos para conseguir comer sano fuera de casa.

1. Infórmate sobre el restaurante al que irás. Si lees la carta del restaurante al que vas a ir con antelación, -hoy en día es fácil acceder a las cartas de muchos restaurantes online-, puedes tener claras las elecciones que has de hacer, y es más fácil que no te equivoques llevada por el hambre o por el impulso de lo que ves en el momento, pues es mucho más fácil que escojas opciones inadecuadas en el momento en que estás hambrienta o distraída.

2. No llegues al restaurante muerta de hambre, toma un snack antes. Si llegas al restaurante desfallecida, seguramente pedirás más de la cuenta. Para prevenirlo, sal de casa habiendo comido algo ligero. Si vas a llegar directa del trabajo, tenlo previsto y lleva en el bolso un snack saludable como unas barritas de semillas y cereales, una manzana, unos frutos secos o un pequeño sándwich de hummus, por ejemplo.

3. Bebe suficiente antes de llegar. En muchas ocasiones confundimos la deshidratación con sensación de hambre. Intenta beber agua mineral suficiente media hora antes de sentarte a la mesa. Este sencillo tip te ayudará a saciar la sensación urgente de hambre y también te ayudará a no pedir bebidas comerciales azucaradas durante el tiempo de espera.

4. Escoge cocciones ligeras. Cuando selecciones lo que vas a comer, asegúrate de que no sean platos que incorporen cocciones con impacto en la cantidad de grasa, como fritos, empanados, por ejemplo. Es mejor que escojas alimentos que estén cocinados a la plancha, al vapor, al horno, o guisados.

5. Devuelve la cesta del pan ¡Qué peligro tiene el pan de los restaurantes! Y…los palitos también cuentan… Si empiezas a comer un poco de pan porque la comida tarda y estás muy hambrienta, te llenarás con facilidad y al final de la comida te sentirás pesada. Para evitar caer en la tentación, pide que se la lleven o aléjala de tu vista.

6. Pide antes que los demás ¿Te parece un tip raro? Tiene mucho sentido… porque si escuchas lo que piden los demás, corres el riesgo de dejarte influir ya que cuando estamos en sociedad tendemos a mimetizar los comportamientos de los demás, sobre todo si son personas cercanas. Así, que para estar segura de que vas a hacer las elecciones que te resultarán más sanas y beneficiosas, pide tu primero.

7. Pide 2 primeros. Una de las causas por las que nos sentimos mal después de comer fuera, es porque comemos demasiado. En los restaurantes, los platos principales suelen ser los más copiosos, así que si no quieres correr el riesgo de empecharte, una buena opción es pedir 2 primeros ligeros.

8. Pide acompañamiento ligero. Pregunta siempre que acompañamiento llevan los platos principales. A veces, nos esforzamos por escoger un alimento cocinado de forma ligera, pero viene acompañado de unas patatas cocinadas con mantequilla y nos las comemos. ¡Ojo! Pregúntalo y escoge un acompañamiento vegetal lo más limpio posible: verduras salteadas, al vapor, al horno, ensaladas, por ejemplo.

9. Pide las salsas aparte. Si escoges ensaladas, pasta, o cualquier otro plato que vaya acompañado de salsas, pídelas aparte. De esta forma, puedes probarla y añadirte la cantidad que tu creas, sin excesos. Y si la salsa que te llega no es de tu gusto, sustitúyela por un buen aceite de oliva, que siempre enriquece los platos de forma deliciosa y saludable.

10. Las medias raciones. En muchos restaurantes existe la opción de pedir medias raciones. Media ración de un primero y de un segundo, te ayuda a comer o cenar variado en sabores y nutrientes, y acabar sin sentirte pesada.

11. Empieza por una crema o sopa. Iniciar tu comida o cena con una sopa es una excelente forma de prevenir que comas demasiado. Las cremas y sopas suelen ser recetas muy saludables, pues la mayor parte se preparan con ingredientes vegetales, ligeros y saludables. La sopa del día puede ser una gran opción, pregunta por ella.

12. Evita los platos con salsas cremosas. Procura evitar platos enriquecidos con salsas cremosas, ricas en grasas saturadas. Escoge mejor salsas a base de vegetales, como la salsa de tomate, salsas preparadas con verduras, con hierbas como el perejil o la albahaca, por ejemplo. Te sentarán mucho mejor.

13. Disfruta de lo que comes, ponle atención. Ya que le has puesto tanta atención a lo que escoges, cuando lo tengas delante, comételo con la misma atención. A pesar de que puedas estar conversando con tus comensales, disfruta de cada bocado, poniendo atención a las texturas, aromas y sabores de la comida. Comer con plena atención se relaciona con el autocontrol y te ayudará aprevenir que comas demasiado.

14. Come despacio, mastica suficiente. Los signos de sensación de saciedad son casi imperceptibles si comes rápido, ¿lo has notado? Así que si comes despacio, y masticando suficiente cada bocado, seguramente no comerás más de la cuenta. Mastica bien todo lo que sea sólido, y si comes cremas o sopas, mastícalas bien también. De esta forma ensalivas bien la comida y la digestión te resultará más ligera.

15. Pide una infusión en vez de postre. Si eres de las que sienten que no disfrutan de una comida o cena fuera de casa sin comer postre, entonces… pártetelo con alguien, no te lo comas entero. Si puedes, sustituye el postre por una infusión que te ayude a cerrar la comida o la cena. Tu digestión lo agradecerá.

16. No hagas mezclas extrañas. Una de las razones por las que podemos sentirnos muy pesadas después de comer fuera de casa, es porque mezclamos alimentos que nunca meclariamos en casa, porque el sentido común nos dice que no son compatibles. Pues no lo hagas en un restaurante tampoco, porque no te sentará bien. Escoge platos que se complementen entre sí.

17. No abuses del alcohol durante la comida. Beber alcohol añade gran cantidad de calorías vacias a tu comida. Si para ti es importante compartir esa comida o cena con una botella de vino, adelante. Pero intenta ser consciente de la cantidad que bebes para reducirla a una cantidad moderada. Un tip para conseguirlo es por ejemplo pedir una copa pequeña.

18. Sustituye la bebida comercial por agua con gas. Si eres de las que disfrutan bebiendo una bebida comercial con gas y hielo durante las comidas, prueba sustituyéndola por un agua con gas con limón y menta. Es mucho más saludable, no lleva azúcares añadidos y te refrescará la boca agradablemente.

19. Revisa bien los ingredientes. Como hay una creciente tendencia hacia la comida saludable (¡¡qué alegría!!) en muchas cartas de restaurantes etiquetan como “healthy” platos que incorporan ingredientes que no lo son. Por ejemplo: hay muchas cartas que señalan postres como “libres de azúcar” cuando llevan endulzantes añadidos como el sirope de ágave, tan acidificante como el azúcar de mesa. Cuando tengas dudas, pregunta al camarero.

20. Agua con limón. Añade un chorro de limón exprimido a tu vaso de agua. Es una bebida muy agradable que tiene efectos muy beneficiosos con la digestión, y muy fácil de preparar tu misma, solo has de pedir medio limón cortado y tu misma te lo exprimes en unos segundos. Te ayudará también a cerrar la comida con un suave sabor fresco en la boca.

21. Mira tu alimentación en su conjunto. Lo importante para tu buena salud es comer de forma equilibrada de forma regular. Por eso, una comida o una cena ocasional en la que te apetece comer algo que te encanta, aunque no sea tan saludable para tu digestión, puede serlo para tu ánimo. Asi que, aplica esta regla con sentido común, se flexible con tigo misma y escoge de vez en cuando aquello que sepas que “suma” felicidad a tu vida.

Si has leído este post hasta aquí, te puedo echar una mano en este sentido. Nuestro trabajo en el Círculo Radiante consiste en orientar y acompañar a las mujeres que desean hacer cambios y mejoras en sus hábitos de alimentación. Desde hace años, preparamos menús y recetas siguiendo exactamente las pautas de todo lo que hemos descrito a lo largo de este post, así que si te animas a hacer el cambio, ¡puedes contar con nosotros para acompañarte a hacerlo de forma segura y amena!.