El cerebro es una delicada maraña de neuronas y conexiones dotadas de sustancias químicas (neurotransmisores) capaces de transmitir mensajes en cada punto de nuestro cuerpo. El cerebro se nutre básicamente de glucosa… ¡No queremos decir azúcar!, sino, de la glucosa que proviene de hidratos de carbono complejos que la van liberando de forma paulatina y nos dan energía estable.
El cerebro es muy sensible a una carencia o exceso de glucosa, vitaminas, minerales... enseguida se van a manifestar síntomas de irritabilidad, depresión, falta de concentración, nerviosismo, lapsus de memoria, apatía, insomnio… Vamos a compartir una lista de alimentos para mimar a nuestro cerebro y proporcionarle una nutrición equilibrada.
Son interesantes estos dos trucos:
¡Hidrátate! bebe agua, infusiones… El cerebro es muy sensible a la deshidratación. La hidratación regular, es un hábito importante en general, y especialmente en la situación que estamos tratando en este post. Escoge siempre bebidas naturales, y evita las bebidas comerciales ricas en azúcares. Intenta no abusar del café.
Algunas opciones saludables, son:
● Si necesitas estimularte, bebe buenos tés, como té verde, té negro, té blanco, té matcha. Procura que sean de cultivo ecológico.
● Si no quieres estimulantes, bebe té roiboos, té bancha, té kukicha, o infusiones a base de hierbas, o frutas secas.
● Los caldos también son una excelente opción, muy rica en minerales y muy depurativa.
● Si no quieres beber caliente, bebe agua mineral, agua de chía, menta, hierbas, fruta troceada, o infusiones a temperatura ambiente
¡Come con frecuencia! el cerebro «se agota» y le cuesta mucho recuperarse si lo sometemos a hipoglucemias.
Para nutrir nuestro cerebro tomaremos:
- Cereales integrales: alimentos que nos proporcionen glucosa a partir de hidratos de carbono de absorción lenta, como avena, arroz, trigo sarraceno, mueslis… principal fuente de glucosa, de absorción lenta, para el cerebro. Es aconsejable no abusar de los carbohidratos refinados porque favorecen las hipoglucemias y la ansiedad. La fibra de los cereales integrales nos ayudan a bajar el colesterol y por tanto mejora la circulación sanguínea cerebral.
- Proteínas: de orígen animal como pescado, marisco, huevos, y si preferimos las opciones vegetales: lentejas, garbanzos, alubias, azukis, guisantes, soja y sus derivados como el tofu y el tempeh, heura y otros productos y el seitán (gluten del trigo)… Sin proteínas no sintetizaremos neurotransmisores y nuestra capacidad intelectual y el estado de ánimo se verán afectados.
- Ácidos grasos esenciales: omega 3 presente en pescado azul (salmón, caballa,…), en las algas, en alimentos vegetales como las semillas de lino, de cáñamo o de chía, omega 6 que contienen las semillas (sésamo, calabaza,…), frutos secos y aceites vegetales. Los omegas cuidan de las conexiones entre las neuronas (sinapsis).
- Fósforo, silício, cobre, zinc y manganeso: son minerales presentes en gran parte de alimentos vegetales como ajo, nueces, plátanos, avellanas, legumbres, avena, guisantes, levadura de cerveza… Indispensables para una adecuada concentración.
- Vitamina E: este antioxidante protege a nuestro cerebro. La vitamina E la encontramos en hojas verdes, brócoli, nueces, soja, coco, calabaza….
- Vitaminas grupo B: la B1, B6, B9 y B12 son básicas para reducir el estrés, producir neurotransmisores, tener agilidad mental y «unos nervios fuertes». Comeremos: brócoli, arroz, almendras, huevos, pescado, tempeh, germen de trigo, algas, nueces, soja…
- Hierro: Necesitamos el hierro para facilitar la oxigenación del cerebro. Lo encontraremos en las espinacas, legumbres, cereales integrales, tofu, semillas…
- Calcio: Este mineral es indispensable para transmitir impulsos nerviosos. Comeremos tofu, tempeh, hojas verdes, coles, semillas de sésamo, almendras, brócoli…
Para cuidar nuestro cerebro evitaremos:
- Azúcar
- Alcohol
- Drogas
- Exceso de exposición a las pantallas: Según los expertos, el tiempo de pantalla excesivo tiene un efecto negativo en las capacidades intelectuales y el bienestar emocional. Toma conciencia, y ponte límites claros en tu interacción con las pantallas para evitar desarrollar hábitos perjudiciales. Quizás estos límites deban pasar por dejar de usar pantallas en los ratos de descanso: redes sociales, series online, videojuegos… tú misma sabrás discernirlo.
- Falta de descanso crónico: la falta de sueño y descanso no permite la regeneración y acelera el desgaste y el envejecimiento.
- Falta de oxigenación: es importante hacer ejercicio, respirar en entornos lo mas naturales posibles.El teletrabajo puede implicar que pases muchas horas sentada. Un estudio de UCLA informa que las personas que son más sedentarias tienen adelgazamiento en las regiones del cerebro vinculadas a la memoria.Comenta que sentarse no es solo un riesgo para la salud física, también es un riesgo neurológico. Los autores escriben en su artículo, «es posible que el comportamiento sedentario sea un predictor más significativo de la estructura cerebral, específicamente el grosor [del lóbulo temporal medial], y que la actividad física, incluso a niveles más altos, no sea suficiente para compensar los efectos nocivos de sentado por largos períodos de tiempo «. Para prevenirlo, ponte alarmas para levantarte 1 vez a la hora, estira las piernas, camina un poco. Otra opción, es que intentes trabajar de pie durante algunos ratos, puedes aprovechar para hacerlo las reuniones virtuales, por ejemplo. Hay mesitas para trabajar con el ordenador de pie, ¡te animo a que lo investigues!
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Muchas gracias Pilar, por las grandes aportacions que continuamente nos haces. me encanta como lo explicas.
Un abrazo,
Karme
Me alegro mucho, la idea es que os sea útil 🙂