Es importante adaptar la alimentación a cada estación del año. Si comemos verduras y frutas de temporada, nuestro cuerpo se equilibrará con mayor facilidad al ambiente y nuestro organismo funcionará armónicamente. En pleno invierno, el frío nos invita a recoger la energía y conservar el «calor interno» para soportar las bajas temperaturas.

Desayuno:

Crema  de mijo con fresas deshidratadas

Comida:

Crema de zanahoria decorada con copos de alga nori
Arroz integral a presión
Lentejas guisadas con verduras y alga kombu
Café de cereales

Cena:

Sopa verduras y fideos
Caballa a la plancha
Peras con canela

Es interesante que sepas:

La crema dulce de mijo es la mejor opción para salir de casa con una buena digestión asegurada. Tonifica el sistema digestivo, aporta energía y dinamismo. Elimina el cansancio y refuerza el estómago.

El arroz integral nutre y fortalece los pulmones y la digestión, equilibra la mente y las emociones. Es el alimento energético más equilibrado: se puede tomar todo el año. Debe estar muy bien hecho, no al dente.

La crema de zanahoria es ideal para combatir el frío si además le añades un poco de jugo de jengibre fresco.

Las lentejas guisadas acompañadas de arroz integral, se convierte en un plato de proteína completa. Muy bueno en caso de anemia y debilidad. Remineraliza y nutre. Si lo condimentas con semillas de sésamo, contiene todos los aminoácidos esenciales. Muy adecuado para potenciar la concentración, para estudiar.

La sopa miso es alcalinizante y muy digestiva.

La caballa a la plancha es una receta muy proteica. El pescado azul es una buena fuente de ácidos grasos omega-3. Lo vamos a evitar si tenemos problemas de piel.

Las peras con canela elimina flemas del pulmón, desintoxica e hidrata. Ayuda a la digestión, tonifica la energía en los riñones y fortalece la zona lumbar.

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