Tips para ir rompiendo tu relación con el azúcar

Hay un reconocimiento mundial y una preocupación muy real sobre los problemas de salud que plantean las grandes cantidades de azúcar escondido en nuestras dietas. El azúcar hoy en día es un aditivo casi omnipresente, que encontramos desde en bollería, comidas preparadas, salsa y ¡hasta en el pan!. Es un tema que está presente en los titulares y en nuestras discusiones domésticas.

Podemos revisar algunos de los titulares que han tenido relación con este tema, y recordamos:

La epidemia mundial de obesidad continua creciendo, más del 54% de la población española sufre de sobrepeso.

Ahora se vincula el consumo de azúcar no solo a la obesidad, sino también a las enfermedades del corazón, la diabetes (tipo 2), la caries dental e incluso una menor fertilidad.

Cada vez más países están tomando medidas políticas sólidas para reducir el consumo de azúcar en sus ciudadanos y algunos planifican la aplicación de políticas de precios que graven las bebidas azucaradas para desalentar de su consumo  (La OMS propone grabar las bebidas azucaradas con la «sugar tax»)

Bueno, está claro que el consumo excesivo de azúcar hoy en día plantea un desafío de salud pública en todas partes.

Con todo esto en mente, es hora de que tomemos medidas prácticas para poner en acción un estilo de vida consciente y saludable, libre de excesos de azúcar para nosotras y nuestras familias y entorno.

Te propongo empezar con estos 5 pasos:

1. Comprender qué es el azúcar

Como siempre insisto, lo importante es comprender qué es lo que hace un alimento sobre nuestro organismo, para entonces, decidir si queremos comerlo.

Y cuando se trata de azúcar, las cosas pueden ser bastante confusas  🤪.

¡Vamos a arrojar algo de luz sobre los malentendidos comunes!

El azúcar es un tipo de carbohidratos refinado y una fuente de calorías en nuestra dieta. Nuestro cuerpo utiliza el azúcar y otras fuentes de calorías como energía.

De acuerdo con su estructura química, los carbohidratos se dividen en carbohidratos simples y carbohidratos compuestos.

Los carbohidratos simples son azúcares simples que se digieren rápidamente y tienen muy poco valor nutritivo, porque no contienen suficientes nutrientes esenciales, por lo que es aconsejable limitar su consumo a pequeñas cantidades. Se encuentran en el azúcar, miel, las frutas, los lácteos y en las harinas refinadas, y están presentes en una enorme cantidad de alimentos de la dieta moderna.

Los carbohidratos complejos son en su mayoría ricos en fibra, vitaminas y minerales, y debido a su complejidad, tardan más de tiempo en digerirse, por lo que no aumentan los niveles de azúcar en la sangre tan rápidamente como los carbohidratos simples, y actúan como el combustible del cuerpo para tener energía duradera.

Los carbohidratos complejos se encuentran en los cereales integrales, como la avena, el arroz, la quinoa, el trigo, el mijo, el trigo sarraceno….las legumbres y la mayoría de las verduras.

Si aumentas en tu dieta diaria la cantidad de estos alimentos, probablemente, sin darte cuenta, poco a poco irás reduciendo tu ingesta de azúcar...¡así de fácil!

2. Evita los refrescos comerciales.

Si te digo que algunos refrescos llevan mas de 16 cucharaditas de azúcar (más de 64 grs) no hay mucho mas que decir sobre la conveniencia de tomarlos.

Concentrarte en evitar las bebidas azucaradas (refrescos, bebidas energéticas, zumos  leches…) puede convertirse en un objetivo que te ayude a mejorar tu salud.

3. Mira más allá de afirmaciones saludables.

Palabras como «sano», «natural» y «bio» están estampados en muchos alimentos envasados. Lamentablemente, no significan mucho.

Incluso los productos que están llenos de azúcar, como los cereales para el desayuno y barras energéticas, a menudo llevan estas palabras que pretenden seducirnos para a la compra. Ten cuidado y asegúrate de de girar el paquete y leer los ingredientes y el etiquetado nutricional donde sea posible (y si el tiempo lo permite).

4. Escoge alimentos integrales y sin procesar siempre que te sea posible.

Los cereales refinados, como el pan blanco, el arroz, la harina de trigo blanca, son aquellos que se les quita el salvado y el germen, que son las partes que incluyen fibra y son los más densos en nutrientes.

Poseen una textura más fina y son más agradables de comer, porque el sabor y la textura de los cereales integrales no es tan agradable al paladar. Comer demasiados de estos cereales, ​​puede provocar varios problemas en la digestión y aumento de peso; se añaden productos químicos en su fabricación, y las vitaminas añadidas, no son de origen natural.

Un estudio encontró que el 74 por ciento de los alimentos envasados ​​en un supermercado estadounidense promedio contienen azúcares añadidos y hay poca evidencia que sugiera que España sería dramáticamente diferente. Agregado a la comida para que sea más agradable, y más, el siguiente consejo al evitar un aditivo tan ubicuo es comer alimentos enteros.

Es difícil ocultar el azúcar en el arroz integral, una zanahoria o unos guisantes congelados. Comprar y cocinar con alimentos en su mayoría integrales y sin procesar, es una gran manera de asegurar que tú y tu familia no estáis consumiendo azúcares añadidos sin ser conscientes.

5. Siempre, con equilibrio

Un rico zumo de vez en cuando, el chocolate de la noche, o los dulces ocasionales no son el desafío principal para la obesidad y para nuestra salud. El problema es cuando las bebidas azucaradas, y el azúcar en nuestros alimentos, se convierten en hechos cotidianos.

Con esto en mente, disfruta de un trozo de pastel de vez en cuando, ¡sin sentirte culpable!.

¿Estás lista para transformar tus hábitos y aprender cómo alimentarte de forma más saludable y deliciosa?

¡Es hora de encontrar la versión más ligera, más sana, más feliz de ti misma!

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¡Y libérate del azúcar!